Los empresarios de la Asociación Española de la Industria y el Comercio del Caravaning (Aseicar) rompen relaciones con la Federación de Campings, hartos de que los dueños de los alojamientos estigmaticen a los autocaravanistas y traten de impedir la creación de áreas de estacionamiento y pernocta
El caravaning está viviendo en nuestro país sus mejores momentos: año tras año se baten records de matriculaciones, aumentan los ayuntamientos que construyen áreas de estacionamiento y pernocta, en estos tiempos del COVID-19 viajar en autocaravana o camper se ha convertido en la opción vacacional más segura, el Congreso de los Diputados ha aprobado una Proposición no de Ley (PNL) que impulsará la creación de espacios para aparcamiento y pernocta y también realizar un estudio sobre la movilidad de la autocaravana, con el fin de evitar posibles discriminaciones de este tipo de vehículos por el hecho de ser autocaravanas, etc.
Y por mucho que algunos como la FECC se oponga a ello cual Quijote a los molinos, no conseguirán parar el tsunami que hace tiempo traspasó los Pirineos y que se está convirtiendo en una importante fuente de ingresos para pequeños ayuntamientos con áreas de pernocta, supermercados, restaurantes y todo tipo de comercios locales.
No les saldrá bien su intento de que una parte de la sociedad, aquellos que no disfrutan de este tipo de turismo, nos vea como delincuentes; esa actitud es muy poco inteligente por su parte. Hoy, es más que nunca necesario adaptarse a los tiempos que vivimos, y si como empresarios son incapaces a ver el potencial que tienen delante, o cambian de actitud o quizás nos pierdan para siempre como usuarios de sus instalaciones.
De ahí que también ASEICAR, condene la actitud de la FECC calificándola de injusta y retrógrada, y rompa relaciones con la citada Federación de Campings, al menos, hasta que esta se retracte o deponga su actitud.